Valerio Adami es excepción o piedra de toque o de discordia para los impenitentes amigos de las clasificaciones. Escindida categorialmente la corriente del "pop-art" en sus dos ramificaciones históricas, el asiduo a trazar la llave clasificatoria se detiene estupefacto, y, sin salir de su asombro, se pregunta:"¿Y que hacemos con Adami?". "Pop" inglés y "pop" americano. Estos eran los limites del Juego. ¿Y Valerio Adami?
Un hombre con otros orígenes y con otras intenciones. Eso es justamente Valerio Adami. Adicto a su propia fe bautismal, Adami ha acertado a reanimar una tendencia (que los impenitentes amigos de las clasificaciones habían dado por fenecida) harto próxima a la historia de su propia historia: el "futurismo italiano", y centro de él ha atendido a la ejecutoria del más olvidado, por inclasificable, de sus artífices (el arquitecto Sant-Elia). Y luego ha proseguido la reconsideración a otras fuentes "europeas", como el "poscubismo", en general y el quehacer particular de Villon, Delaunay, Leger, Magnelli... y nuestro Pablo Palazuelo.
Y las intenciones. El "comic", el "slogan", el escaparate... el concierto entero de la publicidad programada, controlada y dirigida...han sido tomados en cuenta, y muy en cuenta, por el joven Adami. pero dándoles otro significado o imprimiéndoles un destino muy distinto del de las "dos corrientes oficiales del 'pop-art'". En lugar de remitir, aun de forma critica, al mundo de la publicidad lo que naciera de ella y medrara con ella. Valerio Adami recoge, selecciona y reconstruye todo el escombro publicitario, para ofrecerlo como "espectáculo universal". como entorno o paraje del hombre, "insólito morador —que diría Heidegger— en iré las cosas". Valerio Adami atiende primordialmente, a través de ese "material de derribo" venido del mundo de la publicidad, a un alcance mucho más trascendente de la idea general de "mundo". Aquellos dos fenómenos que Goethe llamaba "originales", por preceder a todo y seguir a todo, aquellas dos eternas compañías del mundo, del hombre y de las cosas (el espacio y el tiempo), son analizadas y recompuestas por Adami en atención al paraje próximo de la andadura del hombre de hoy, regido por los grandes canales de la publicidad, pero referidas al enigmático paraje en general del Universo y de la vida. en cuyo confín no es posible la codificación y los canales que lo rigen no son precisamente publicitarios.
Todo ello puede verlo el lector, y comprobarlo o discutirlo y negarlo, en la soberbia exposición monográfica que. por primera vez en España, ha tenido a bien ofrecer al público barcelonés la galería Maeght,
Motivo de discordia.
Valerio Adami nació en Bolonia el 17 de marzo de 1935. La familia era originaria de Fermo y en 1936 se estableció en Milán. 1951-54. ocho horas de dibujo diarias en el estudio de A. Funí, en la Academia de Brera de Milán. 1955: primer viaje a Paris. A partir de 1957 suele residir - todo el año fuera de Italia (Londres, Zurich. Munich, Bruselas), y los veranos, en Italia. En 1962 se casa con Camila y expone en ICA (Londres). En 1968 participa en la Bienal de Venecia con un catálogo a cargo de Carlos Fuentes. En el invierno de 1968 pasa tres meses en Cuba y después varias semanas en México y Venezuela, donde celebra exposiciones. En 1970, el ARC, Museo de Arte Moderno de la Villa de París, le consagra una exposición presentada por Pierre Gaudibert y es el año de su primera aparición en la galería Maeght de París. La segunda tendría lugar en noviembre de 1973.
Valerio Adami ha realizado una película en colaboración con su hermano titulada "Vacaciones en el desierto", y con el escritor norteamericano Henry Martín tiene grabado un disco ("Concierto para un cuadro de Adami"). La obra de Adami ha sido motivo de análisis en escritos de Dorfles, Alfieri, Fuentes, Pleynet, etcétera.
CUADERNOS PARA EL DIÁLOGO - 15/04/1976
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