Las esculturas musicales de 'los Baschet"
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«Nuestra búsqueda -advierten al público, Francois y Bernard Baschet- es un regreso a los orígenes, de un modo casi artesanal. Nos oponemos, en este sentido, al arte únicamente conceptual. Nuestro problema no es tener ideas, sino realizar las que tenemos.» Con esta escueta carta de presentación, los Baschet toman claro partido, en el debatido, y ya menos candente, tema del concepto versus el objeto, inclinando su quehacer del lado de la obra, en la que hacen confluir la manifestación artesana de la forma y la búsqueda científica del sonido.Artesanía y arte, sonido y forma, constituyen eI conjunto de esta exposición en cuyo concierto se conjugan la investigación y el juego, hasta procurar las delicias (lo hemos comprobado) del visitante. Sin la depuración formal de los artilugios de Günter Haesse, niel refinamiento de los muebles sonoros de Pol Bury, los Baschet, tal vez, aventajen la experiencia del uno en una mayor afectividad lúdica (aquí, «se permite tocar»), sobreponiéndose a los tímidos timbres del otro este trepidante concierto bascheliano (en que cualquier espectador, si lo desea, pasa a ser intérprete). EL PAIS - 28/10/1978 |