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Santiago Amón, en Sevilla, por Antonio Burgos

Ahora que, a modo de las coronas líricas del Romanticismo, con los laureles de sus muchas prendas se entrelazarán los elogios fúnebres de Santiago Amón, no quiero que falte en su memoria la rosa sevillana de cúanto la ciudad le debe. Y habré de decir que su propia muerte accidental en un pájaro de hierro, y cristal sobre un fondo de cuadro de Velázquez, es como un símbolo de quien anduvo toda su vida entre los clásicos y los contemporaneos, entre Picasso, Cesar Vallejo y el Poema del Cid.

Gran humanista fue Santiago Amón y como gran humanista gran atracción sintió por Sevilla. Buen conocedor de su historia era, de su arte. Y buen maestro que fue de algunos destacados sevillanos como el Duque de Segorbe, que alcanzaron la fortuna de tenerle como profesor de las lenguas clásicas en el colegio madrileño de Los Rosales,a donde fueron enviados a estudiar muchos de los que empezaron aquí estudiando en los jesuitas.

Conocí a Santiago Amón una , ya lejana, tarde en el palomar de la casa de Pilatos, requerido para ello con la vehemencia que el Duque de Segorbe usa en su apasionamiento por Sevilla.

- Tienes que venir esta tarde a que te presente a Santiago Amón...

Siempre se lo sabré agradecer al amigo, pues Santiago Amón, en aquellos años de piqueta y destrucción del patrimonio histórico de Sevilla nos transmitia numantino sentido de la resistencia civil y cultural ante tamaño desafuero. Amón en Sevilla será ya siempre escrito su nombre sobre muchas de las ilustres piedras que ayudó a preservar, el hombre que organizó Adelpha, que aunque suene a nombre de flor del patio de los Quintero, o a poema de Antonio Machado, eran las iniciales de la Asociacion de la Dfensa del patrimonio Histórico-Artístico, cuerpo legal que en santiago Amón tenía el alma. Recuerdo ahora con emoción, para el amigo muerto a un Santiago Amón doctrinal y encendido en la carbonería de Paco Lira echando un discurso a las inmensass minorías de comunistas, socialistas, andalucistas y raros miembros de la derecha constitucional sevillana acerca de la necesidad de conservar el patrimonio de la ciudad. Y recuerdo como citaba la Ley 33 del mismo modo que los misioneros citan los Evangelios en tierra de infieles. Con la ley del 33 en la mano, con una enfervorizada grey inicial de creyentes en la belleza, sembro santriago Amón en Sevilla la semilla salvadora del entender que, en materia de patrimonio, lo más progresista es conservar, y a algunos inclusonos inició por el “patrimonio inmaterial”, término que él inventó.

Si luego Victor Pérez Escolano o Luis Uruñuela , pudieron desde el Ayuntamiento detener el proceso de destrucción de la ciudad, fue porque antes con Adelpha y los adélfilos, santiago Amón había creado una mentalidad conservacionista en Sevilla. Ayer pasaba por las calles del casco histórico, que palmo a palmo se conocía, y evocaba su fijura. Pase por la calle Mármoles, escenario de la más desaforada lucha civil que nunca se vio tras un derribo ilegal. Pasé por casas restauradas, por conventos reconstruidos , por rejas que no se venderán a anticuarios para chalés de la Costa del Sol, por conjuntos de casas que , gracias a esa mentalidad conservacionista, se libraron de la piqueta. Todo era, en este paseo, evocador del amigo muerto, como un parte de la victoria de Santiago Amón, hombre culto y , como tal, aficionado a los toros, que una tarde en el salón de Villasís , fue capaz de explicarnos a los aficionados, un Fernando de Villalón que él conocía mucho mejor que nosostros, y del que podía recitar poemas enteros, de memoria.

Adiós Santiago Amón. Aunque Adelpha ya no existe, tu voz sigue haciendo falta. Mira iba a decirte que vi ayer de mañana que estaban derribando una casa de la calle de las Escobas...pero me encontré con que un trozo del Guernica de Picasso, se había estrellado contra el findo de un cuadro de Velázquez.

ABC - 02/07/1988

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